El lloro de la vid
Muchas veces habréis escuchado sobre el famoso lloro de la vid y, con curiosidad, os habréis preguntado: ¿cómo puede llorar una planta y por qué lo hace? En este artículo de Finca Torremilanos os explicaremos pormenorizadamente cuándo y por qué llora la vid.
¿Qué es el lloro de la vid?
Al llegar la primavera el renacer del campo nos recuerda que la vida vuelve y continúa frente a todo. Es una estación de florecer que demuestra que ningún invierno es para siempre. El lloro de la vid es un fenómeno que resume como pocos el hecho de la que la primavera ya está entre nosotros.
Pero, ¿qué es el lloro de la vid?
Al aumentar la temperatura del suelo por encima de diez grados centígrados la savia interior de la vid comienza a circular a través de toda la planta. Simbólicamente, podríamos decir que llora cuando se quiebra el letargo de la vid que ocurrió durante el invierno y comienza a despertar a la vida entorno a marzo (aproximadamente, según años). Ese movimiento interior es el que propicia el renacimiento de la propia planta, ascendiendo a través de todos los sarmientos y posibilitando la brotación. La savia no se contiene en los propios sarmientos y acaba goteando a través de las “heridas” de la poda.
¿Por qué se produce el lloro de la vid?
Al producirse un corte en la poda, esa savia en movimiento comienza a gotear a través de los cortes o “heridas”. Por eso se suele denominar ese fenómeno como “el lloro de la vid”, porque parece que la planta llora. Después de unos diez días, se producirá la “cicatrización” de esos cortes mediante un proceso de bacterias naturales y de esas cicatrices volverán a crecer dándose el proceso de brotación de yemas y hojas para la estampa verde que todos conocemos durante la primavera.
¿Para qué sirve la poda y el lloro de la vid?
Al final de la vendimia, la vid entra en lo que comúnmente se denomina “parada de invierno” al quedar agotada después de ofrecer los maravillosos racimos y ser vendimiados.
Entorno a marzo, como decíamos, se produce ese renacimiento. La poda, entonces, sirve para controlar la producción de uva de la propia planta, ya que si no se podara podría crecer la vid (como planta trepadora que es) hasta treinta metros y así la adaptamos a nuestra forma de cultivar.
El lloro de la vid, resumiendo, es un fenómeno maravilloso y natural que resulta de la ebullición que se da en esta época cercana a la primavera en las vides y que demuestra que la planta está en plena ebullición, preparándose para lo que está por venir.