Hablamos con Ricardo Peñalba sobre las impresiones que ha dejado la recogida de uva de este año 2019, acercándonos un poco más a la filosofía de nuestro vino y adentrándonos un poco más en la denominación de origen Ribera del Duero y su filosofía entorno de la vendimia.

La recogida manual de la uva

Desde el principio del proyecto hasta nuestros días la recolección manual ha sido la forma de recoger la uva en la finca aunque, con las replantaciones en espaldera, se aspiraba a que la vendimia pudiera mecanizarse. Ya en los años noventa con viñedos en espaldera formados y maduros se hicieron pruebas que solo sirvieron para reafirmarnos sobre la recogida manual. Es cierto que en esa época las máquinas no eran como ahora, pero si queremos mecanizar la viña, tenemos que trabajar el campo de una forma específica que no es lo más adecuado para nuestra tierra.

La vendimia sigue siendo cien por cien manual. Fue una decisión de mi padre y nosotros la comprendemos y respetamos.

Se vigila la evolución de la uva desde el inicio de la madurez y se recoge a medida que va estando en su momento óptimo según el tipo de vino al que va destinada. La idea es ofrecer, en las diferentes etapas del proceso, un sello auténtico, ecológico y natural de los sabores de la finca. Las sutilezas del terreno y del clima han de estar muy presentes en nuestros vinos.

vendimia manual en Finca Torremilanos

Los pormenores de la vendimia 2019

2019: un año caprichoso. Escaso si nos fijamos en la media de la finca, pero de altísima calidad por la concentración de cualidades en el fruto.

La vendimia 2019 empezó el 5 de septiembre y terminó el miércoles 16 de octubre. La producción media de este año ha sido muy baja, 2.400 kilos por hectárea. La producción total ha sido 471.248 kilos de uva entre todas las variedades. En 2018 se cogieron 820.499 kilos de uva, para que os hagáis una idea, un descenso superior al 40%. La disminución de la cosecha ha sido debida a varios factores: en el año 2017 hubo una gran helada a finales de abril que hizo temer por la vida de muchos viñedos y se produjo un 83% menos de uva respecto al 2016. En 2018 se sacaron buenos niveles de producción, siendo un final de temporada muy seco, cosa que tuvo su efecto. Así que este año la viña sale con menos racimo. Los ciclos en la viña son bianuales.

Por otro lado las condiciones de escasez de agua en Ribera del Duero este año han derivado en que merme la producción notablemente, así se ha generado un efecto propicio para que se acerquen más animales a la viña en las zonas limítrofes con el monte. Valoramos un total de siete hectáreas arrasadas por el corzo.

corzo


Además, a finales de abril hubo una helada que, unido al hecho de que a finales de marzo/principios de abril pudo brotar yemas a causa de las temperaturas cálidas, fue la causa de la muerte prematura de muchos brotes, esas heladas silenciosas dieron la puntilla a un año que podría haber sido mucho más generoso.

En Torremilanos siempre hay zonas tocadas por la helada cada año, forma parte de la idiosincrasia de la finca y de la D.O. Ribera del Duero. Así que lo aceptamos con deportividad y optimismo.

Para nosotros una buena cosecha habría sido algo cercano a 800.000 kilos de uva. De todas formas, no todo son malas noticias. La uva este año es más aromática y con más sabor porque la planta se concentra trabajando para menos kilos, más equilibrada y que llega antes a un momento óptimo de madurez. No hay dos vendimias iguales y hay que estar contento con lo que el campo te da.

Ojo Gallo 2019
Ricardo Peñalba con una botella de Ojo Gallo 2019
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