El vino embotellado de calidad como apuesta
De las setenta y cinco hectáreas de viñedo y otros cultivos que trabajó Calixto Seijas en el paraje de Torremilanos desde 1903 a 1944 a la apuesta de más de 200 hectáreas de viñedo de la familia Peñalba que disfrutamos en la actualidad.
Cabe resaltar que, en todo ello, hay un común denominador: la búsqueda del vino de calidad, fino y elegante que transmita la autenticidad de Torremilanos. Los matices de su tierra. El sello indiscutible de su gente, que lo cuida y trabaja con cariño y constancia cosecha tras cosecha.

Tempranillo o tinta del país: material de base
La variedad de uva tempranillo, también conocida como tinta del país o tinto fino, fue la que conformó el material de base para estos vinos que buscaban y siguen buscando la excelencia. Era la uva que mejor maduraba tradicionalmente en Ribera del Duero y que mejoraba notablemente en los contrastes de temperatura que se producían entre el día y la noche. Y no era una novedad para los vitivinicultores españoles, porque ya se venía trabajando en otras denominaciones de origen como la DO Rioja. Además, su peso en la actualidad es irrebatible: 28 de las 52 denominaciones de origen españolas la incluyen entre sus cultivos.

Finca Torremilanos: una historia compuesta de muchas historias
El tempranillo ha sido una seña de identidad innegable pero hay muchos más elementos que conforman nuestra tradición.
La nueva Ribera del Duero nace a partir de la segunda mitad de la década de los setenta. Toma como referencia, como hemos mencionado, la zona de Rioja y los dominios bordeleses. Aun así hay que recordar que la elaboración de vino data de miles de años y en esta zona, como las otras mencionadas, late una tradición ancestral que ha guiado a muchos viticultores a lo largo de las épocas.
En nuestro pasado reciente, ponemos en valor la figura del enólogo Manuel Ruiz Hernández, que fue asesor de Pablo Peñalba de 1975 a 1986 en los primeros pasos diferenciadores de la Finca Torremilanos. Ruiz Hernández ha tenido una importancia capital en el mundo de la enología a nivel nacional.

Aunque ante la evolución de la bodega llegó un momento, a partir de 1986, que el asesoramiento de Ruiz Hernández no era suficiente. Fue cuando un discípulo suyo, Vicente González Pacheco, cogió el testigo para incorporarse al difícil proyecto de Torremilanos.
En aquella época solo se llevaban cuatro cosechas amparados por la denominación de origen Ribera del Duero y no había ni veinte bodegas contando las cooperativas.
El presente de Finca Torremilanos
En la actualidad contamos con la colaboración del enólogo Fermín Rodríguez Uría. Conservamos el mismo espíritu que al principio para seguir siendo auténticos frente a la realidad y los cambios, siempre respetando el legado que nos cedieron.
Nuestra época se asienta sobre un equipo joven y dinámico que se esfuerza cada día por conectar el terreno con la bodega. Estamos intentando unir la experiencia adquirida a través de todos estos años con los principios del respeto por el medio y la tierra que nos ofrece la ecología y la agricultura biodinámica.
Es un gran reto que tenemos por delante y estamos dispuestos a afrontarlo con valentía.