El clima de la comarca es el extremoso continental de la Meseta central, aunque ligeramente atenuado en la depresión del valle del Duero, cuyo curso alterna los espacios abiertos con otros en que el río discurre encajonado entre colinas de acusada pendiente. La temperatura media anual es de 11 grados. Pero las medias, pese a su habitual utilización, suelen ser engañosas. Las diferencias de temperatura son grandes. Oscilan entre los 36 grados en verano y los 10 bajo cero en invierno, aunque los sobrepasan en algunas ocasiones. Incluso en un mismo día pueden acusar radicales diferencias. El mayor peligro para los cultivos, y en particular para el viñedo, lo constituyen las heladas de las que solo están libres unos cien días al año. Las primeras heladas suelen registrarse a comienzos de octubre y las últimas, especialmente perniciosas, a mediados de mayo. La grave deforestación registrada en la Meseta septentrional a través de los tiempos favorece la penetración de los fríos aires que irrumpen desde las nevadas sierras del norte.
Los vientos dominantes son el norte, boreal o cierzo, en invierno; el oeste o regañón, en otoño; y el este o solano, en verano. El índice pluviométrico, ligado a los vientos dominantes, varía entre 450 y 500 milímetros por término medio. La media anual de días de lluvia oscila entre 175 y 90, correspondiendo las mayores precipitaciones a mayo y noviembre. Los temporales de lluvia llegan empujados por los vientos atlánticos del suroeste, del oeste y del noroeste. Las nevadas son escasas y de poca consistencia a causa de las nieblas y abundan en invierno las escarchas o caramas. Los veranos son secos y tormentosos, en ocasiones con pedrisco. Se completa el panorama climático de la comarca con unas 2.2oo horas anuales de cielo despejado y sol.
Del libro “Torremilanos: cien años de historia” por Ismael Medina Cruz
